Por ley, todos los bancos, prestamistas y entidades financieras deben especificar la TAE de sus productos. La TAE es una tasa que agrupa todos los gastos que pudieran estar asociados a un préstamo (personal, rápido o urgente) o tarjetas de crédito. De esta forma, el usuario tendría el porcentaje final de los intereses del dinero prestado, más los costes asociados (mantenimiento anual, cuota de apertura, cuota de cancelación, etc.). Este tipo de ingreso no tiene que ser una nómina, puede ser dinero que recibas regularmente proveniente de una pensión, una herencia, un pago gubernamental o similar. En el caso de las entidades que otorgan préstamos a empresas y autónomos, esos ingresos mensuales demostrables son facturas emitidas a clientes. Cada compañía prestamista puede tener requerimientos diferentes y específicos, pero por lo general estos son los que se piden. Si tu deuda no cumple con estos requisitos, es posible que necesites buscar otra opción de financiamiento. El proceso es bastante similar, y solo se diferencian en que pueden llegar a tener un límite un poco inferior, pero esto solo es en algunos casos y depende de la institución crediticia en la que estemos solicitando. Los préstamos bancarios suelen incluir comisiones y costes […]
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